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El psicoanálisis es una terapia que trabaja con las causas profundas del malestar y la ansiedad.
Parte de la premisa de que hay una parte de nosotros, el inconsciente, que desconocemos y que, no obstante, tiene efectos importantes en nuestra vida. Para poder realmente desarticular el malestar, es necesario descubrir esos enlaces entre diferentes temas y los efectos que tienen en nuestra vida.
El psicoanálisis se enfoca siempre en la persona por medio de la pregunta "¿eso (cualquier situación) cómo te afecta? ¿eso cómo eso te toca y se enlaza contigo?" para descubrir esos vínculos profundos y poder dejarlos sin efectos.
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Es la única forma de realmente poder desarticularlo y resignificarlo.
El hecho de que no estemos conscientes de algo, no significa que no esté ahí y que no tenga efectos. Los temas que se esconden en nuestro inconsciente pueden estar “dormidos” o –como diría Freud– reprimidos durante muchos años.
Tarde o temprano, sin embargo, salen de nuevo a la luz y, al no saber cómo manejarlo ni entender de dónde vienen, nos asustamos y empezamos a tratar de “taparlos” de otra forma: comiendo o bebiendo de más, usando drogas peligrosas, durmiendo muchas horas (o muy pocas), estando muy irritable con nuestros seres queridos, repitiendo patrones inexplicables.
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Las sesiones duran aproximadamente 45 minutos. En ocasiones pueden durar un poco más o un poco, dependiendo del tema que se esté tratando y de si es necesario pausar antes y dar más tiempo.
En cuanto a la duración de un psicoanálisis como tratamiento, es imposible establecerla de antemano ya que depende completamente de cada persona. Cada paciente decidirá hasta qué punto quiere trabajar en su análisis.
Sobre este punto es interesante recalcar que si los nudos psíquicos tardan años en formarse, será imposible resignificarlos en unas semanas. En otras áreas de la vida es posible aplicar el modo “rápido” e “inmediato” de nuestra época, pero no en lo referente a nuestra psique, sea mediante el psicoanálisis o mediante otro tratamiento.
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Depende en gran medida de cómo quieras tú abordar eso que te inquieta o genera malestar.
Un psicoanálisis no ofrece herramientas o técnicas para sobrellevar tu malestar, sino que se trata de un espacio de introspección profunda para llegar al núcleo de ese malestar y, desde la raíz, resignificarlo, quitarle el peso que tiene en nuestra vida.
Es un proceso que implica abrirle un espacio a todo aquello que durante mucho tiempo se ha hecho a un lado, pero que ahí está, tenienedo efectos en tu vida. Un psicoanálisis es un espacio para confrontarlo, recordarlo, y solo entonces poder olvidarlo.
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De dos formas específicamente: Por un lado, explorando todos los componentes que están en juego en tu malestar o ansiedad (incluyendo los inconscientes) en lugar de enfocarse en un solo tema en concreto.
Por el otro, fomentando que seas tú quien construya una respuesta o camino personal desde tu historia. No es un enfoque directivo, ni tampco se utilizan herramientas, sino que se trabaja con tus palabras (dudas, inquietudes, preguntas, dolor, ansiedad) para abrir otras perspectivas, señalar vínculos, ofrecer interpretaciones y promover un análisis que te permita cambiar tu posicionamiento,
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Solo tú puedes responder esa pregunta. La decisión de iniciar un psicoanálisis es profundamente personal.
Usualmente, se decide iniciar un psicoanálisis surge una pregunta relacionada con nuestro malestar o ansiedad: "¿Cómo lidio con esto que estoy sintiendo?", "¿Por qué siento que estoy perdiendo la cabeza?", "¿Por qué siempre me pasa lo mismo en las relaciones de pareja?", "¿Por qué hago lo contrario a lo que digo querer?", "¿Por qué tengo pensamientos catastróficos aunque todo vaya bien?".
Descubrimos algo desconocido en nosotrxs que no nos permite cambiar, algo incongruente, algo que ya no marcha, y nos preguntamos sobre qué será ese algo.
LOURDES SANZ
El psicoanálisis brinda una oportunidad para mirar tu historia de manera diferente y convertirte en protagonista de tu vida.
CLARA LÓPEZ
El psicoanálisis abre la posibilidad de resignificar nuestra historia, lidiar con nuestros infiernos y apropiarnos de nuestro andar desde otra posición.